lunes, 15 de julio de 2013

NECROSIS AVASCULAR DE LA CABEZA DEL FÉMUR:
ENFERMEDAD DE LEEG-CALVES-PERTHES


¿Qué es la necrosis avascular de la cabeza del fémur?

    Es una enfermedad en la que existe una falta de irrigación de la cabeza del fémur. Esto conlleva a la necrosis de esta zona, produciendo inflamación, dolor, cojera.

¿A qué animales afecta?

    Principalmente a perros jóvenes (entre 4 y 12 meses de edad) y de raza toy o pequeña (caniches, pinscher, etc.) No hay diferencias en cuanto al sexo, afectando por igual a machos y hembras.

¿Cuál es la causa de esta enfermedad?

    No se sabe con exactitud. Se cree que hay un componente genético (hereditario) o que pueda ser como consecuencia de un traumatismo (fracturas, luxación de cadera…)

¿Cómo puedo reconocer esta enfermedad?


    Los síntomas típicos son cojera del miembro posterior, atrofia de los músculos del muslo y dolor a la manipulación. La mayoría de las veces es unilateral pero aproximadamente en el 15% de los casos están afectadas ambas extremidades posteriores.

¿Cómo se diagnostica?

    Mediante un examen traumatológico y una radiografía de cadera que realizará tu veterinario. En la radiografía podremos ver cambios compatibles con esta enfermedad como son:

-Cambios en la densidad normal del fémur, en la zona de la cabeza y el cuello
-Cabeza femoral deformada y aplanada
-Enfermedad articular degenerativa (en casos más crónicos)

¿Existe tratamiento para esta patología?

    Si, existe tratamiento. La solución a este problema es quirúrgica. Consiste en una cirugía en la que se realiza la exéresis de la cabeza femoral de la extremidad afectada. Una vez retirada la cabeza del fémur se formará una pseudoarticulación que permitirá a nuestro animal caminar y correr de manera normal en pocas semanas. El pronóstico tras la cirugía es bueno.

¿Se puede prevenir?

    Puesto que se desconoce la causa con exactitud hemos de evitar aquellos factores que sabemos que pueden influir, pero no existe un método preventivo único y eficaz. Se recomienda evitar la cría con animales que hayan padecido esta patología.

sábado, 13 de julio de 2013

LA ARTROSIS CANINA


LA ENFERMEDAD

¿Su perro ya no disfruta haciendo ejercicio?, ¿le cuesta realizar movimientos cotidianos como subir escaleras o tumbarse? La edad avanzada y el sobrepeso conllevan cierta restricción de los movimientos y pérdida de calidad de vida pero en ningún caso han de existir síntomas de sufrimiento y dolor.

¿QUÉ ES LA ARTROSIS CANINA?

La artrosis en los perros, como en las personas, es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que es progresiva y causa dolor en las mismas.

A medida que avanza el proceso se degrada el cartílago que recubre el interior de la articulación e incluso el propio hueso. Las articulaciones afectadas pierden elasticidad, provocan dolor e impiden que el animal se mueva con normalidad, disminuyendo sustancialmente su calidad de vida.

Una vez aparece la artrosis, si no se instaura lo antes posible un programa para el manejo del dolor que impida además la progresión de la enfermedad, el proceso empeorará inevitablemente, complicando el tratamiento de los síntomas y haciendo cada vez más difícil y dolorosa la vida de su perro.

¿QUÉ ANIMALES ESTÁN MÁS EXPUESTOS?

La artrosis canina es frecuente en perros de edad avanzada, independientemente de su raza y sexo. Pero realmente cualquier perro a cualquier edad puede sufrir dolor debido a la artrosis.

La edad en sí no es la causante de la enfermedad, si no que ésta se produce generalmente como consecuencia de un desgaste anormal que sufren los cartílagos articulares con el paso del tiempo a causa de una alteración preexistente (displasia, traumatismos, cirugía articular, sobreesfuerzo articular, etc.).

De hecho la artrosis canina puede darse también a edades más tempranas, con posterioridad a algún traumatismo, o bien en aquellos perros que padecen algún tipo de malformación hereditaria.

Por otra parte, los perros que padecen obesidad son más proclives a sufrir artrosis por sobrecarga continuada de las articulaciones.

¿CUÁLES SON LOS SIGNOS QUE DEBEN ALERTARNOS?

El dolor en las articulaciones y, por ello la rigidez y dificultad, la cojera e incluso intolerancia al movimiento en los estadios más avanzados de la artrosis canina, son síntomas indicativos de la enfermedad.

La artrosis canina merece especial atención por su elevada frecuencia, por el dolor que causa al animal y, por tanto, por la merma de su calidad de vida. Pero no siempre es fácil para usted, como propietario, detectar la artrosis en su perro, máxime en los primeros estadios de la enfermedad.

No olvide que en todo caso que es el veterinario quien debe diagnosticar finalmente la presencia de esta enfermedad e instaurar el tratamiento personalizado más adecuado para devolver a su mascota la movilidad y la calidad de vida perdidas.

Usted se ha de realizar tan sólo unas breves preguntas para conocer la probabilidad que tiene nuestro perro de padecer artrosis:

¿Su perro se cansa durante los paseos?
¿Le cuesta levantarse tras estar sentado o tumbado?
¿Cojea o esta rígido después de realizar algún tipo de actividad?
Más concretamente, ¿le cuesta subir o bajar escaleras?
¿Considera que su perro ha perdido movilidad?

¿ES POSIBLE CURAR LA ARTROSIS CANINA?

Lamentablemente no existe curación para la artrosis canina. Sin embargo usted no debe asumir que su perro ha de convivir con el dolor y los signos asociados al mismo.

La medicina veterinaria moderna puede hacer mucho por la mejora de la calidad de vida de los perros enfermos. Para ello es fundamental la instauración lo antes posible de un Programa integral personalizado de control de la artrosis canina

Durante el Programa integral de control de la artrosis canina usted y su veterinario deberán trabajar juntos para ayudar a su perro de la manera más eficaz a recuperar una vida plena, activa y placentera, mediante la selección de los objetivos y métodos más adecuados en cada caso.

El objetivo final del programa de tratamiento de la artrosis canina es mantener la calidad de vida del perro enfermo tanto como sea posible, retrasando a máximo el avance de la enfermedad.

El Programa de control de artrosis canina debe estar orientado a:

1. Aliviar el dolor y disminuir la inflamación.
El empleo de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para el control del proceso es clave porque mejora la calidad de vida del perro con artrosis y además porque el propio dolor contribuye al empeoramiento de
la enfermedad.

Efectivamente la exposición repetida a estímulos del dolor conduce a la llamada sensibilización central, que se produce a nivel de medula espinal. Con su aparición cada vez que se produce un estímulo doloroso el perro incrementa su percepción de dolor.

La sensibilización central está a su vez implicada en la inflamación de la articulación y la patología articular, con lo que su aparición contribuye a la progresión de la artrosis.

El tratamiento de la artrosis realizado en periodos cortos e intermitentes con AINES de administración diaria cuando se producen los picos de dolor contribuye a la aparición del fenómeno de sensibilización central y a la larga agrava la progresión de la artrosis. Sin embargo, actualmente su veterinario puede prescribirle AINE que se administran de manera continuada y que posibilitan el control continuo y a largo plazo del dolor, clave para prevenir el proceso de sensibilización central, lo que permitirá a su perro tener una vida más activa y mejor.

2. Reducir la carga sobre las articulaciones.
Ya que ésta agrava el dolor y empeora la artrosis. Su veterinario le ayudará a reducir y controlar el exceso de peso corporal ya que éste origina sobreesfuerzo en todas las articulaciones del organismo. En algunos perros simplemente corrigiendo el peso corporal, desaparece el dolor y se consigue la normalidad clínica.

3. Conseguir y mantener unas articulaciones móviles.
Para ello se debe instaurar un programa de ejercicio o movilidad controlada bajo la supervisión de su veterinario. Tenga en cuenta que demasiado ejercicio, o si este no es el apropiado, puede empeorar la situación al incrementar la presión sobre las articulaciones.

¿PODEMOS PREVENIR LA ARTROSIS CANINA?

La prevención de la artrosis canina es posible y también la ralentización de su evolución una vez aparece la enfermedad.

Siga algunos consejos prácticos
Alimente adecuadamente a su perro para evitar carencias nutricionales y sobrepeso. Los perros con sobrepeso u obesidad someten a sus articulaciones a un sobreesfuerzo continuado acelerando la degeneración progresiva de las mismas y la aparición del dolor que conlleva la artrosis. Es importante seguir un plan adecuado de alimentación bajo la supervisión de su veterinario. Solo así podrá estar seguro de que la alimentación de su perro es la correcta para su raza, edad y estado fisiológico.
Su perro ha de realizar un ejercicio adecuado a su condición y estado fisiológico, pues le ayuda a controlar el peso, a evitar la obesidad, a tonificar y aumentar su musculatura y a mantener móviles y sanas sus articulaciones. Es más aconsejable que su perro realice un ejercicio regular y suave a diario, que someterle de forma puntual (fines de semana) a esfuerzos mayores (carreras, largas caminatas).
Las necesidades de ejercicio varían en cada caso. Su veterinario le ayudará a instaurar el programa de ejercicio más adecuado a la raza, tamaño y edad de su perro.

Cumpla con las revisiones rutinarias establecidas por su veterinario. El, mejor que nadie, le ayudará a prevenir o instaurar, si la artrosis ya está presente, un Programa integral personalizado de control de la artrosis canina.

ELEGIR UN TRATAMIENTO EN LA ARTROSIS

Una vez diagnosticada la artrosis debemos plantearnos el tratamiento de la enfermedad.

Este tratamiento no solo debe realizarse teniendo en cuenta el grado de artrosis y la tendencia a aumentar sino también el nivel de dolor e incapacidad funcional que la enfermedad produce a cada paciente en ese momento y el pronóstico de futuro dolor y pérdida de función que esperamos.

El tratamiento va a ir destinado por un lado a retrasar la evolución de la enfermedad y sus síntomas y por otro lado a aliviar el dolor y proporcionar bienestar y buena calidad de vida al paciente.

Cuando hablamos de tratamiento de la artrosis canina no nos referimos a un único producto, sino siempre a un tratamiento multimodal, es decir, con varios productos y desde distintos aspectos y enfoques, incluyendo generalmente el uso de antiinflamatorios analgésicos, de los llamados condroprotectores o más correctamente Agentes modificadores de la osteoartrosis (DMOADs), dieta articular y medidas de control de peso y de comportamiento o actividad.

Tan importante como elegir el tipo de tratamientos que vamos a emplear es elegir muy bien el producto o productos concretos que vamos a utilizar, ya que existen en el mercado gran variedad de productos que a primera vista podrían parecernos semejantes y sin embargo pueden ser muy distintos y tener una eficacia muy variable.

En este sentido es fundamental informarse de los estudios científicos que respalden el uso, la eficacia y la seguridad de cada producto. Debemos elegir aquellos productos que tengan un respaldo científico real, que hayan demostrado su efectividad en estudios bien realizados, con alto valor de evidencia. Y al mismo tiempo, debemos rechazar aquellos productos que carecen de esa evidencia y tan sólo ofrecen propaganda de sus supuestos beneficios para la salud.





Información extraída de la web: http://www.tratamientoartrosisperro.es