sábado, 23 de enero de 2010

Toxoplasmosis y embarazo.

La Toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa producida por un protozoo intracelular denominado  “Toxoplasma goondii”.

Ciclo

Se trata de un parásito que tiene 3 formas distintas: trofozoíto, oocistos (huevos) y quistes tisulares que van a dar lugar a enfermedad de presentación aguda o crónica pudiendo ser sintomática o asintomática. El huésped definitivo del Toxoplasma es el gato, que tras ingerir alguna de las formas del parásito se multiplica en las células de su intestino liberando por heces millones de oocistos que pueden ser infectivos para otros animales y para el ser humano por ingestión.

El gato solo liberaría oocistos infectivos en caso de estar infectado durante 2-3 semanas a lo largo de su vida. Estos oocistos sólo serán infectivos a las 24h de ser liberados. El hombre actúa de huésped intermediario y se infectaría por ingestión de estos oocistos, o de quistes contenidos en carne  para consumo poco hecha.

En el hombre, el sistema inmunitario sano controlaría la infección, por lo que suele ser asintomática, produciendo, eso sí, anticuerpos específicos frente a T. gondii.

En otros casos se puede encontrar afectación ganglionar y fiebre, diarreas leves, dolor de cabeza, malestar, inflamación hepática y erupción cutánea. En general estos síntomas desaparecen en 2-6 meses y rara vez pueden durar más de un año.

La enfermedad más grave produce neumonitis, miocarditis o encefalitis pero es muy rara. Si se infecta una madre en gestación seronegativa (no ha habido contagio anterior: el 50-70% de las mujeres) puede dar lugar a malformaciones fetales muy graves e incluso mortales y es cuando debemos proteger a la madre del posible contagio, existiendo mayor riesgo durante la primera mitad de la gestación.

En estos casos la persona se convertirá en seropositivo a toxoplasma. La presencia de anticuerpos indica que la mujer está infectada o que ya ha tenido la infección.

Cuando una mujer  contrae toxoplasmosis por primera vez durante la gestación, existe un 40 por ciento de probabilidades de que transmita la infección a su feto. Sin embargo, el riesgo y la gravedad de la infección del bebé dependen en parte del momento en que la madre contrae la infección. Los estudios sugieren que cuando una madre contrae la infección durante el primer trimestre del embarazo, el 15 por ciento de los fetos también se infecta, en comparación con el 30 por ciento durante el segundo trimestre y el 65 por ciento durante el tercero. Sin embargo, cuanto más cerca del comienzo del embarazo ocurre la infección, más grave es la infección del feto.

Por otro lado, si una persona no ha entrado en contacto con el parásito, no producirá lógicamente anticuerpos frente a toxoplasma, por lo que se considerará seronegativa a toxoplasma. Esta corre el riesgo de contraer la infección si queda expuesta al parásito.


Es por esto que de manera rutinaria los tocólogos determinan el estado de seropositividad/seronegatividad a toxoplasma a toda mujer en gestación.

Cuando una mujer está embarazada y los análisis de sangre indican la presencia de un cierto tipo de anticuerpos llamados IgG, es necesario realizar análisis de sangre adicionales para determinar si los resultados son indicativos de una infección antigua (que generalmente no amenaza la salud del feto) o de una muy reciente (que podría poner en peligro al feto).


Este dato es relevante pues la enfermedad, sea sintomática o asintomática, sólo se pasa una vez, ya que la persona contagiada producirá anticuerpos frente a toxoplasma, que protegerán de una posible nueva reinfectación, como si de una vacuna natural se tratara.

Las mujeres que planeen quedar embarazadas deben consultar a sus médicos para saber si deben someterse a esta prueba antes del embarazo.

Transmisión

Se trata de una zoonosis (transmisión de animales – hombre) distribuida en todo el mundo, en la que se pueden infectar casi todos los mamíferos de forma que puede estar infectada la carne destinada al consumo humano. Las fuentes de contagio para el hombre son: carne cruda, verdura sin lavar y heces de gato.

Vías de contagio y riesgos

La principal vía de contagio es la vía oral a través de ingesta de verduras, huevos, leche, carnes o aguas contaminadas. Al manipular los excrementos de las bandejas de los gatos infectados por la enfermedad también se pueden contagiar el hombre. También existe la vía de contagio transplacentaria de la madre al feto ocasionando la Toxoplasmosis neonatal.

 Prevención

Es fundamental que las personas seronegativas a toxoplasma, personas inmunodeprimidas por alguna patología o edad de riesgo y toda mujer embarazada seronegativa a toxoplasma, tomen una serie de precauciones para evitar la ingestión y posible contacto con oocistos que transmitirían la enfermedad.

Habrá que evitar las fuentes de contagio teniendo en cuenta una serie de normas dietéticas e higiénicas de prevención:

1. Alimentos: comer carne muy hecha (Tª por encima de 65ºC) o congelada (por debajo de 20ºC); no comer verduras crudas o lavarlas bien con algún producto adecuado y no tomar huevos crudos ni leche que no se haya pasteurizado.

2. Higiene: lavarse bien las manos o utilizar guantes al manipular la tierra de jardines y alimentos (verduras y carnes crudas).

3. Animales: evitar contacto de nuestros gatos sanos con gatos callejeros (tampoco tocarlos nosotros si es posible, o lavarse bien las manos después), no alimentar a nuestros gatos con carne cruda y encargar la limpieza de sus bandejas a personas no inmunodeprimidas ni embarazadas. Caso de que no sea posible, las mujeres embarazadas lo harán usando guantes y limpiándolas todos los días durante el embarazo. De esta manera no habría riesgo ya que los posible oocistos de la arena no serían infectivos hasta pasadas 24h de ser liberados. No permitir que nuestro gato tenga acceso al exterior para evitar que pueda cazar animales y jugar con gatos callejeros.

4. Realizar una analítica a nuestro gato para conocer su estado inmune frente a Toxoplasma, es decir, determinar si es seronegativo o seropositivo. Caso de seropositividad es fundamental repetir la analítica a las 3 semanas para conocer la naturaleza de la infección en nuestro gato. Es decir, saber si es una infección activa, reciente o crónica. Esto no indicaría que el animal esté liberando parásitos en ese momento, ya que cuando se detectan los anticuerpos en sangre, la eliminación de oocistos por materia fecal ya ha cesado.

De esta forma, el gato ideal sería aquel seropositivo que haya estado expuesto de manera no reciente, puesto que ya habrá pasado la fase de eliminación de oocistos. En caso de una nueva reinfectación ya no liberarán más oocistos.  Por otro lado el gato seronegativo es susceptible de contraer la enfermedad por lo que deberemos procurar que sea alimentado con comida comercial (pienso o carne para gatos) y aislarlo de otros gatos no controlados.

En resumen, el riesgo de contagio por nuestros gatos es bastante reducido ya que la mayoría de nuestros gatos están controlados sanitariamente. Así, el gato no es una fuente de contagio habitual ya que la mayoría de los contagios se producen a nivel alimentario.

De esta forma el hecho de que una mujer seronegativa a toxoplasma se quede embarazada no significa que tenga que deshacerse de sus gatos, sino que ha tomar esta serie de precauciones con los alimentos y evitar posibles riesgos de contagio.


Bet Castell Muixi.