miércoles, 17 de marzo de 2010

Epilepsia


EPILEPSIA EN EL PERRO Y EL GATO


Definición:
La epilepsia es un síntoma de una disfunción neurológica primaria del cerebro que se manifiesta con ataques convulsivos parciales o generalizados.
Se manifiesta por movimientos corporales incoordinados con pérdida o alteración de conciencia.
Se distinguen 3 etapas o fases durante el trascurso de la crisis epiléptica.

ETAPAS
AURA:
En esta primera etapa se presentan ciertos signos indicativos del inicio del ataque como son: nerviosismo, inquietud, salivación, incoordinación, temblores… Estos signos pueden persistir sólo por unos segundos,  varios minutos o incluso horas.
ICTAL:
Es la fase donde se da el ataque propiamente dicho. En general el animal caerá de costado inconsciente y manifestará movimientos motores involuntarios de patada, pedaleo o remo. Se producirá salivación excesiva, rigidez corporal, pérdida de control de los esfínteres anales y urinario. Por esté último motivo es frecuente que muchos animales se orinen o defequen durante el ataque. La duración  puede variar desde segundos a varios minutos.
POSICTAL:
Esta etapa se da inmediatamente después del período ictal. Después del ataque algunos animales parecen desorientados, inquietos, pueden no reconocer a sus propietarios y a su entorno. Algunos pueden padecer ceguera transitoria.

DIAGNÓSTICO:
Es importantísimo en el diagnóstico descartar otras causas orgánicas que puedan ocasionar crisis convulsivas ya que no todos los animales que padecen crisis convulsivas tienen epilepsia.
Las convulsiones también se pueden presentar de forma secundaria a otras enfermedades: neoplasias, infecciones, traumatismos, sustancias tóxicas, desequilibrios metabólicos o electrolíticos.
En todo protocolo diagnóstico se debe realizar un análisis sanguíneo general  y una exploración neurológica y física completa.

FACTORES DESENCADENANTES Y MANEJO DE LAS CRISIS.
En general se debe evitar cualquier motivo de estrés en los animales, debiendo llevar una vida tranquila evitando situaciones de tensión.
Además se recomienda castrar a los animales enfermos ya que en machos las hormonas pueden producir mucho estrés y en las hembras los cambios hormonales durante el celo también pueden favorecer aparición de crisis.
En el transcurso de una crisis deberá mantenerse la calma, evitando que el animal se golpee y se pueda hacer daño, hasta que se pase la misma.
Si la crisis dura más de  10-20 minutos habrá que acudir a su veterinario habitual para que logre controlar la crisis aguda con medicación intravenosa. Su veterinario  le pautará la medicación a aplicar en el transcurso de la crisis para que ésta no se alargue y si lo considera necesario prescribirá medicación anticonvulsiva oral para evitar en la medida de lo posible que su mascota vuelva a convulsionar.
Es importante anotar la fecha, duración y frecuencia de las crisis para que el veterinario lo pueda anotar en el historial del animal y poder llevar un control de las mismas.

CONSEJOS:
Convivir con un perro epiléptico en casa puede resultar muy duro debido a la impotencia que nos genera el presenciar las crisis. Ante todo hay que mantener la calma y tener muchísima paciencia.
Es fundamental acudir a su veterinario que le informará y aconsejará sobre el tipo de vida que debe llevar su animal y le ayudará a controlar la enfermedad. El veterinario establecerá una rutina de medicación en casa y una pauta de revisiones y analíticas sanguíneas periódicas.



Bet Castell Muixi.