miércoles, 25 de noviembre de 2020

El microchip

Qué es el microchip y para qué sirve





El microchip es un sencillo dispositivo que permite localizar a tu perro en caso de que se pierda. 

Además de ser obligatorio ponérselo, se trata de un mecanismo eficaz de control que hará que puedas 
recuperar fácilmente a tu amigo. Además, no es doloroso ni nocivo para él.

Es de pequeño tamaño y se implanta mediante una inyección en la parte lateral del cuello. El chip tiene un número de serie que puede leerse con los dispositivos adecuados, accediendo a una base de datos que permite saber a quién pertenece el perro. Es altamente recomendable ponérselo. Recuerda que si tu perro se pierde y no tiene microchip, se considerará que no es de nadie, pudiendo ser dado en adopción y haciendo muy difícil que puedas recuperarlo.

Es un dispositivo electrónico del tamaño de un grano de arroz que se le implanta al perro mediante una sencilla inyección subcutánea en la parte lateral del cuello. No es necesaria anestesia y su vida media es de unos 50 años, por lo que tendrás que colocárselo una sola vez en su vida.

El chip contiene un número de serie de 15 dígitos al que puede accederse mediante un lector de microchips del que disponen tanto veterinarios como los cuerpos de seguridad. Con ese número, se entra a una base de datos donde figura la información que permite localizar al dueño del perro. Viene a ser como el DNI de tu perro.

Sin el microchip, las posibilidades de que el perro pueda regresar a su casa en caso de pérdida disminuyen drásticamente.

Suele colocarse cuando el perro tiene entre 3 y 6 meses, aunque puedes ponérselo en cualquier momento de su vida.

Además, el microchip no tiene baterías ni sustancias nocivas que puedan afectar a tu perro. Se trata de un dispositivo estéril e innocuo que no tiene efectos secundarios ni molestará al perro en ningún momento. El momento del pinchazo puede resultar algo molesto, porque la aguja es algo más gruesa que la de las vacunas, aunque hay perros que ni siquiera se quejan.


¿Qué pasa si no le pongo el microchip a mi perro?

Si tu perro no tiene microchip y lo pierdes, te puede resultar difícil demostrar que es tuyo en caso de que logres localizarlo. Además, si alguien lo encuentra y le instala el microchip, el perro será suyo a efectos legales.

Actualmente, es obligatorio poner el chip a todo animal de compañía. La multa por tener un perro sin microchip puede ser de 600€ o más si se trata de una raza peligrosa.


¿Qué puedo hacer si mi perro se pierde?

Si tu perro se pierde, ponte en contacto con tu veterinario para que de la notificación al registro de animales de tu comunidad. Si crees que puede haber sido robado, comunicaselo inmediatamente a la Policía  para que puedan actuar.

Asimismo, si localizas un perro perdido, llévalo a cualquier veterinario y pídele que lea su chip y se ponga en contacto con su dueño.


¿Si cambio de domicilio puedo modificar la información del chip?

Lógicamente, si cambias de domicilio, debes comunicárselo a tu veterinario para que se lo notifique al registro, o bien ponerte en contacto directamente con el registro de animales de tu comunidad, con el fin de que modifiquen la información que figura en la base de datos. Consulta la página de la Red Española de Identificación de Animales de Compañía.

En el caso de que cambies de Comunidad Autónoma, deberás darte de baja en la original y de alta en la nueva. Tendrás que rellenar y firmar unos papeles. Este trámite tiene un coste, ya que supone papeleo. Si te olvidaste de darlo de baja en la comunidad original, tu nuevo veterinario podrá realizar todo el papeleo.

Si te vas a vivir al extranjero, tu nuevo veterinario leerá su microchip y realizará los trámites necesarios para registrarlo en el nuevo lugar de residencia. Salvo determinados países que no cuentan con el sistema ISO, no tendrás que poner otro microchip.

Si te vas de vacaciones o a vivir a otro país europeo de manera temporal, puedes consultar en la página www.europetnet.org si tu perro figura en la base de datos.

Te pedirán el número del microchip, que figura en la cartilla sanitaria de tu perro.

Este trámite es gratuito.


Qué son EUROPETNET Y REIAC

Europetnet es un grupo de asociaciones europeas que comparten los registros de identificación de todos los animales de compañía que tienen microchip. Así, si viajamos por el extranjero y nuestro perro se extravía, podemos introducir su número de identificación en la página web y obtener el registro de entidades por las que haya pasado desde que se perdió.

Los países que forman parte de Europetnet son: Alemania, Austria, Bélgica, Chipre, Eslovaquia, España, Estonia, Dinamarca, Holanda, Hungría, Irlanda, Lituania, Luxemburgo, Noruega, Polonia, Reino Unido, República Checa, Rusia, Suecia y Suiza.

Por otro lado, la REIAC es la Red Española de Identificación de Animales de Compañía. Agrupa las bases de datos de los animales con microchip y ofrece un sistema centralizado de consulta y localización.


Conclusiones

    • El chip es un dispositivo muy recomendable para tener controlado a tu perro.

    • El chip contiene un número de serie único para cada animal que viene a ser como su DNI.

    • En caso de pérdida de tu perro, podrás localizarlo fácilmente.

    • Es obligatorio poner microchip a los animales de compañía.

    • Si tu perro no tiene microchip y alguien se lo pone, será suyo a efectos legales.

   • Si tu perro se pierde, acude a tu veterinario para que lo notifique al registro de animales de tu comunidad.

    • También puedes acudir directamente al registro.

   • Si sospechas que te lo robaron, denúncialo a la policía y al Seprona. Facilítales el número del microchip.

   • Si encuentras un animal perdido, llévalo a un veterinario para que lea su microchip y localice al dueño.

    • Si necesitas modificar los datos de localización, acude a tu veterinario o ponte en contacto con la REIAC.

    • Europetnet y Reiac son dos redes que disponen de los registros de identificación de los animales de compañía.



Extraido de Redcanina.es







lunes, 9 de noviembre de 2020

 

FAQ´s acerca de la

vacunación en nuestras mascotas



1. ¿Debo vacunar a mi perro?, ¿Debo vacunar a mi gato?

Si aún te estás formulando estar pregunta, la respuesta es ¡SÍ!

Las vacunas son administradas para establecer medidas preventivas en cachorros y animales adultos frente a determinadas enfermedades infecciosas. 

Las vacunas estimulan el sistema defensivo o inmunitario frente a una invasión por un microorganismo (virus o bacteria) causante de una enfermedad concreta. Cuando la vacuna es introducida por inyección u otro medio, el sistema inmunitario actúa aumentando la respuesta protectora. Si nuestra mascota se expone posteriormente al microorganismo, el sistema inmunitario está preparado y previene la infección o reduce la gravedad de la enfermedad. 

2. ¿Por qué es tan importante vacunarse?

Porque es la intervención más efectiva para proteger y aumentar la esperanza de vida de nuestras mascotas, logrando erradicar o disminuir la aparición de enfermedades infecciosas graves.

También controlamos mediante la vacunación enfermedades que pudieran transmitirse desde nuestras mascotas a las personas, las llamadas zoonosis, tales como la rabia y la leptospirosis en los perros.

3. ¿Qué beneficios aporta?

Ayudan a controlar y eliminar enfermedades graves. Gracias a ellas, muchas enfermedades graves han desaparecido. Además de proteger a la mascota que se pone la vacuna, ayuda a proteger a las que le rodean, sobre todo a mascotas con su sistema inmune débil o inmunodeprimido. Es lo que se conoce como “efecto rebaño”.

4. ¿Son seguras las vacunas?

Lo son, porque como otros medicamentos, pasan controles estrictos antes y durante su uso, manteniendo una vigilancia constante.

5. ¿Tienen efectos secundarios?

Como todos los medicamentos pueden tener efectos secundarios, peros estos son leves y temporales, como son el dolor en la zona del pinchazo o fiebre de corta duración.

Excepcionalmente puede dar otras reacciones más graves en mascotas que padecen alergia grave a alguno de sus componentes.

6. ¿Dónde y quién te administra la vacuna?

Se administran en tu centro veterinario por profesionales. Una vez administrada, se espera unos minutos, por si apareciera algún efecto secundario.

7. ¿Cuándo NO se pueden administrar? ¿Cuándo está contraindicado?

En los procesos de fiebre previos  o parasitarios se recomienda retrasar la vacunación. También cuando se conoce que hay una alergia grave a la vacuna o enfermedad concurrente que desaconseje la vacunación.

8. La vacunación no acaba cuando se llega a la edad adulta... es importante a lo largo de la vida.

Existe un calendario  de vacunación que  incluye las vacunas que se recomienda administrar a lo largo de toda la vida de nuestra mascota.


Consulta a tu veterinario para más información.


miércoles, 22 de julio de 2020


HURONES


Nombre científico: Mustela Putorius furo






Historia

Fué domesticado hace al menos dos mil quinientos años para cazar conejos. Mide unos 38 cm y pesa entre 0,7 y 2 kg.

Los primeros hallazgos arqueológicos de hurones datan del 1500 a. C. Aunque no se sabe a ciencia cierta cuándo empezó a ser domesticado. Se cree que la domesticación fue similar a la del gato. Hay quien dice que los antiguos egipcios tenían hurones, pero es más creíble que los europeos que visitaban Egipto viesen gatos, y pensaran que usar un pequeño carnívoro para proteger las reservas de grano era una gran idea. Al no haberse encontrado hurones momificados ni jeroglíficos que los representen, esta teoría tiene poco fundamento.
Hacia el año 6 a. C., el emperador César Augusto envió hurones o mangostas (denominadas viverraepor Plinio el Viejo) a las islas Baleares para controlar las plagas de conejos.
El hurón desciende probablemente del turón (Mustela putorius), por lo que el nombre científico más utilizado para este animal es Mustela putorius furo. También es posible que los hurones tengan como antepasados al turón de la estepa (Mustela eversmannii).


Caza

Durante cientos de años el principal uso de los hurones fue la caza de lagomorfos (conejos). Con su cuerpo largo y estilizado, están bien adaptados para entrar en madrigueras y cazar a los animales que haya dentro. Aún se usan para cazar en algunos países, sobre todo en Australia donde los conejos son una plaga y, a pesar de la tecnología moderna, la combinación de unas cuantas redes y un par de hurones resulta muy eficaz.
En España, el uso de hurones para la caza está regulado en cada comunidad autónoma aunque la mayoría, como por ejemplo las islas Baleares, prohíben su uso por ley. Otras comunidades, pese a prohibir la caza con hurones, permiten hacerlo si se consigue un permiso de la Consejería debido a que se reconozca que existe una plaga de conejos.


Hurones como mascotas

Los hurones son animales más parecidos al perro que al gato, sobre todo a nivel veterinario. En España, requieren tener obligatoriamente pasaporte con chip y vacunas en regla, incluso (aunque no en todas las comunidades) es necesario vacunarlos contra la rabia. Son enérgicos, curiosos y les gusta jugar con sus dueños.





Peligros domésticos para los hurones

Los hurones son expertos en colarse por los agujeros de los armarios, las paredes, o detrás de los electrodomésticos, donde pueden resultar heridos o incluso fallecer a causa de los cables eléctricos, los ventiladores y otros artículos peligrosos. Las sillas plegables son una auténtica trampa mortal para ellos, pues se suben con frecuencia sobre estos muebles, plegándolas después y muriendo aplastados. Por estas razones, antes de adquirir un hurón como animal doméstico, es necesario tomar una serie de medidas en el hogar, como retirar o asegurar cualquier aparato o mueble peligroso o tapar los posibles agujeros repartidos por la casa. Muchos dueños optan por recluir sus hurones en una jaula durante la noche o mientras se ausentan de casa.


Alimentación

Los hurones son por naturaleza carnívoros. La comida para gatos si es de buena calidad es mejor que la comida para hurones que casi todas están llenas de cereales que son muy malos para la salud del hurón. Cuando se lea la etiqueta, los tres ingredientes más abundantes deben ser derivados cárnicos, pues los hurones no pueden digerir correctamente los compuestos de cereales usados en las marcas más baratas de alimento para hurones.

El alimento ideal del hurón contiene un 32–38% de proteínas y un 15–20% de grasas (el origen de las proteínas del alimento del hurón debe proceder siempre de carne, no de soja o plantas similares). Aunque un alto contenido proteico es esencial, si este es mayor del 38 % puede generar ocasionales cálculos renales y obstrucciones urinarias en los hurones más viejos. Las pasas y la malta no están recomendados para hurones pues incluso una cantidad pequeña de azúcar puede ocasionar anomalías en el funcionamiento del páncreas, donde se produce la insulina. los productos vegetales no aportan nada a los hurones que al ser carnívoros estrictos tienen el intestino muy corto y esto impide la asimilación de las proteínas vegetales.


Actividad

Los hurones pasan la mayor parte del tiempo, de catorce a dieciocho horas al día, durmiendo, pero cuando están despiertos son muy activos, dedicándose a explorar a su alrededor de forma exhaustiva. Los hurones son animales crepusculares, es decir, que son más activos durante el amanecer, el atardecer y parte de la noche. Si están enjaulados, deben ser sacados de forma diaria para que hagan ejercicio y satisfagan su curiosidad; necesitan al menos una hora y un lugar de juego. Los hurones, al igual que los gatos, pueden utilizar una caja (preferiblemente esquinera) para realizar sus deposiciones con un poco de entrenamiento, aunque es necesario tener cajas en distintos cuartos porque no la buscarán si les queda lejos. Los hurones son también buenos inquilinos del patio trasero y les encanta que les acompañen en el jardín. Sin embargo, no se les debe permitir vagar libremente; los hurones son audaces a puntos peligrosos y exploran cualquier agujero que encuentren, incluidos los desagües para la lluvia y las bolsas para personas. Siempre que se encuentren en el exterior deben ser vigilados de cerca, y preferiblemente sujetos por una correa con arnés con dos secciones.

Juegos

Los hurones son animales muy sociables y a la mayoría les encanta jugar con los humanos. El "juego", desde el punto de vista del animal, puede ser algo parecido al escondite o más bien una forma de representación de la caza en la cual el ser humano debe capturarlo, o este intentar morder a los humanos en los dedos de manos y pies. Al igual que un gato juguetón, los hurones no muerden de verdad a sus compañeros humanos la mayoría de las veces, sino que agarran suavemente un dedo de la mano o el pie con la boca y luego ruedan alrededor de él. Por el contrario, los que han sufrido malos tratos o están heridos morderán firmemente al ser humano. Estos tienen unas mandíbulas extremadamente fuertes y pueden atravesar con facilidad la piel humana. Una vez correctamente educados, los hurones muerden muy raramente a los seres humanos. La mayoría de los juguetes para gatos funcionan bien con ellos. No obstante, los que están hechos de caucho o de espuma se deben evitar, pues estos pueden masticarlos y tragar trozos pequeños que ocasionan obstrucciones intestinales. Cuando los hurones están particularmente estresados o excitados y contentos por el juego, pueden realizar la danza de guerra de la comadreja, caracterizada por una serie de frenéticos saltos laterales acompañados de un grito característico similar a un ¡Dok, dok, dok!

Los hurones y los niños

Los niños pequeños deben ser vigilados cuando se encuentran con hurones, ya que a menudo piensan que es un simple animal de peluche que pueden estrujar cuanto quieran, sin darse cuenta de que en realidad lo están estrangulando. El animal suele reaccionar retorciéndose, arañando, o cuando ya está totalmente desesperado, mordiendo con fuerza. No tiene por qué haber nada malo en que un niño juegue con un hurón, siempre y cuando exista un control por parte de adultos, como en el caso de cualquier otro animal.

En el Reino Unido, los hurones se usan a veces para capturar las ratas y ratones que infestan las casas. Estos "hurones cazadores" de roedores se conocen como hurones galgo debido a su menor tamaño y capacidad para desplazarse rápidamente por espacios estrechos. Algunos dueños de "hurones cazadores" entrenan a sus animales para que sean muy agresivos; por tanto, un niño que haya tenido un contacto previo con unos domésticos puede correr peligro cuando se encuentra con uno criado de forma no doméstica o simplemente irresponsable, como ocurre con cualquier otro animal.

Naturaleza social

Los hurones son animales extremadamente sociales, a los que les encanta jugar con otros miembros de su especie. A menudo se amontonan unos sobre otros cuando duermen. Es recomendable que en caso de tenerlos como mascotas, sean dos o más -preferiblemente tres- a la vez para no exponerlos a la soledad. No obstante, tampoco hay nada malo en poseer uno solo, siempre y cuando reciba sus porciones de tiempo, atención y juegos por parte de su dueño. Algunos hurones juegan también con gatos domésticos

Otros usos de los hurones

En tiempos recientes los hurones son utilizados para llevar cables a través de largos conductos. Los han empleado de esta manera en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA y por los organizadores de eventos en Londres.

También se usan frecuentemente en la caza para sacar a la presa de madrigueras donde los perros no pueden llegar, poniéndoles unas argollas de metal en la garganta para que no puedan matar ni comer a la presa.





Biología del hurón

Como muchos otros carnívoros, los hurones tienen glándulas odoríferas junto al ano. Las segregaciones de estas se usan para marcar el territorio. Se ha demostrado que los hurones pueden identificar si una marca fue dejada por macho o una hembra. Como la mofeta, el hurón puede usar sus glándulas perianales cuando se excita o se asusta, pero el olor desaparece rápidamente. También estas glándulas tienen la función de lubricar sus deposiciones (por lo que su falta les hace más propensos a sufrir prolapso rectal y otras dolencias). La mayoría de los hurones de Estados Unidos se venden con las glándulas quitadas cosa que solo hace que el hurón no pueda lubricar sus heces.

Pese a ello, cabe decir que no es verdad que quitándoles las glándulas perianales desaparece su olor, tan solo es una invención. La solución para eliminar el olor que se genera en algunos casos durante el celo, normalmente en machos, es castrarlos (quirúrgicamente o químicamente), pero quitándoles dichas glándulas (que por otro lado segregan un lubricante natural para las heces que es muy necesario en el caso de los hurones) solo se consigue dañarlos, ya que es una operación muy delicada y peligrosa. Se ha comprobado, por tanto, que no es necesaria la extirpación de dichas glándulas, ya que los gases que raramente expulsan (en situaciones de estrés o peligro) desaparecen enseguida, y el verdadero causante del olor de los hurones es una serie de glándulas situadas principalmente en la base de la nuca, aunque hay más repartidas por todo el cuerpo, que segregan un aceite que ayuda a proteger su pelaje y que producen un olor más intenso en la época de celo.

La esterilización es recomendable en los machos (por el fuerte olor que desprenden cuando llegan a la edad adulta) y casi obligatoria en las hembras (a no ser que se quieran dedicar a cría) por los problemas derivados de los celos persistentes.

En los Estados Unidos se conoce que muchos hurones sufren varios problemas de salud. Los más comunes son los cánceres que afectan a la glándula adrenal, al páncreas y al sistema linfático.

El hurón adulto

Los hurones suelen vivir entre 8 y 10 años, y consideraríamos que un hurón es mayor, cuando supera los 4 años. A esta edad suelen aparecer enfermedades como el linfoma, insulinoma, la enfermedad adrenal y enfermedades cardíacas, que con una revisión podríamos prevenir

Enfermedad adrenal

La enfermedad adrenal, un crecimiento excesivo de las glándulas adrenales que puede ser producido por hiperplasia o cáncer, es usualmente diagnosticada por los síntomas como la pérdida de pelo, incremento de la agresividad, y (en las hembras) ensanchamiento de vulva. Incluso si el crecimiento es benigno, puede causar un desequilibrio hormonal que puede tener efectos devastadores en la salud del hurón. Algunas opciones de tratamiento son extirpar las glándulas afectadas y terapia de esteroides u hormonas. La causa de la enfermedad adrenal es desconocida, pero algunos especulan que los ciclos de luz artificiales a los que los hurones son expuestos (alteración del fotoperiodo) puede o contribuye al crecimiento de esos tumores. Otros sugieren que el problema es hereditario, hay estudios que recogen la incidencia de la enfermedad adrenal en función del origen del hurón (línea genética), y también se ha especulado mucho que puede ser producida por una castración precoz, antes de las seis semanas de edad. Hay estudios científicos que han determinado la relación directa entre la enfermedad adrenal y la castración, sea cual sea la edad a la que se le practique.

Insulinoma

Se sabe que los hurones pueden sufrir también de insulinoma, un cáncer del páncreas. El crecimiento de nódulos cancerígenos en los lóbulos del páncreas a veces, aunque no siempre, produce un incremento en la producción de insulina, la cual regula el metabolismo de la glucosa. Demasiada insulina supone una bajada de nivel de azúcar, lo cual produce letargo, ataques y finalmente la muerte. Los síntomas de insulinoma incluyen letargos, babeo, bufar o espumear por la boca, miradas "perdidas" al vacío y ataques.

Se desconoce la causa de la insulinoma. Se especula que la dieta de los hurones domésticos es demasiado diferente a la dieta natural de sus antecesores, e incluyen demasiado azúcar o carbohidratos. El tratamiento de insulinoma incluye extirpación de los lóbulos cancerígenos, tratamiento farmacéutico con esteroides que supriman la producción de insulina, cambios suplementales en la dieta (reduciendo carbohidratos y azúcares al mínimo), o una combinación.

Enfermedades virales

La enteritis catarral epizoótica (ECE en sus siglas en inglés)
Es una enfermedad viral aparecida por primera vez en el noreste de EE. UU. en 1994, es una inflamación de las membranas mucosas del intestino. En los hurones, la enfermedad se manifiesta como una severa diarrea (a menudo de brillante color verde), acompañada de pérdida de apetito y una fuerte pérdida de peso. El virus puede pasar por medio de fluidos e indirectamente entre humanos. A pesar de que a menudo resultaba fatal cuando fue descubierta, la ECE es hoy en día una amenaza menor, siempre que se cuente con el tratamiento adecuado.

El virus de la enfermedad aleutiana (ADV)
Es una enfermedad que se hallaba a comienzos del siglo XX en los visones de las Islas Aleutianas. En los hurones, el virus afecta al sistema inmunitario (haciéndoles incapaces de producir anticuerpos eficaces) y a muchos órganos internos, sobre todo los riñones. No existe cura ni vacuna para esta enfermedad, y pueden portar el virus durante meses o años sin presentar síntomas externos. Como resultado, muchas organizaciones de amantes de los hurones, así como vendedores, recomiendan que los propietarios sometan a sus mascotas a las pruebas de identificación de la enfermedad con regularidad, y que los separen de otros hurones si los resultados son positivos.

Síndrome de Waardenburg
Los hurones con rayas o cabeza completamente blanca (llamaradas, pandas, etc.) son portadores seguros de un defecto congénito conocido como síndrome de Waardenburg. Este síndrome causa, entre otras cosas, una deformación en la bóveda del cráneo, que se ensancha y produce las marcas blancas de la cabeza, pero también una sordera total o parcial. Se estima que hasta el 75% de los hurones con signos visibles del síndrome son sordos. Además de esto, la deformación craneal causa también un alto número de cachorros que nacen muertos y algún caso de fisura en el paladar. Debido a esto, muchos cuidadores no crían hurones que presenten síntomas del síndrome de Waardenburg.

El celo en hurones. Implantes y hormonas.

Los hurones son animales estacionales y entran en celo en una época en concreto. Los machos entran en celo entre diciembre y enero, y las hembras entre febrero y marzo. El celo en hurones puede ser una preocupación, sobre todo en hembras. Una hembra que entre en celo y no sea cubierta o que le cortemos el celo, puede desarrollar una enfermedad importante y puede llegar a morir. Hay dos maneras de cortar el celo, un inyectable o bien un implante, estos liberan una hormona que lo que hace es cortar el celo, el efecto el inyectable puede durar hasta un mes, mientras el implante puede durar hasta 3 años. Cuando cortamos el celo estamos previniendo la enfermedad adrenal, que es muy frecuente en hurones, y la mayoría de casos vienen de hurones castrados, por eso no recomendamos la castración, si no, el implante de hormonas para cortar el celo.

¿Cómo lo debo mantener?

Para los hurones hacen falta jaulas a prueba de fugas y mordiscos. Conviene una jaula grande si el animal pasa todo el día en ella y, por lo menos, debe disponer de una zona para las deposiciones (con arena de gato, papel, etc.), otra para la comida y un sitio para dormir (las hamacas suelen ir muy bien y, como no tocan el suelo, permiten incrementar el espacio de juego). Siempre que los saquemos de la jaula hay que vigilarlos y tener cuidado con las cosas que se puedan tragar, los sitios donde se puedan esconder (a veces saben entrar pero no volver a salir) y las alturas (no son conscientes de los desniveles).

¿Hay que vacunarlos y desparasitarlos?

No es obligatorio vacunarlos de nada, pero se recomienda vacunar frente al virus del moquillo canino. Esta enfermedad resulta casi mortal en hurones y se transmite por contacto directo, pero también a través de objetos como nuestra ropa o nuestros zapatos.

La rabia también puede afectar a los hurones. Esta enfermedad, sin embargo, se transmite exclusivamente por mordedura de animales enfermos y además se encuentra erradicada en Cataluña.

De los parásitos externos, las pulgas y garrapatas son un riesgo para los hurones que conviven con perros o que salen a la calle. Los ácaros que provocan sarna en los oídos son muy frecuentes y afectan hurones que viven solos y que nunca salen a la calle.

Los parásitos intestinales son poco frecuentes y se detectan mediante un examen fecal.

Las filarias son nematodos (gusanos) que en su fase adulta viven en el corazón, produciendo una enfermedad que puede resultar muy grave. Se transmiten mediante mosquitos que viven en zonas húmedas (cerca de ríos, lagos, etc.), así que si nuestro hurón tiene que visitar una de estas zonas es muy recomendable utilizar algún tipo de prevención.

¿Me pueden transmitir alguna enfermedad?

Los hurones nos pueden pasar pulgas y garrapatas si están infestadas; también pueden contagiarnos hongos causantes de tiña (dermatofitos), que generalmente detectaremos en el animal antes que en las personas, y , si están afectadas, rabia. La toxoplasmosis sólo nos la pueden transmitir si nos comemos al hurón, cosa poco probable.




martes, 23 de junio de 2015

Problema de miedo a ruidos fuertes en perros

Una de las fobias más frecuentes en perros es a ruidos intensos, como los producidos por truenos o petardos

Publicado y recogido de Argos.portalveterinaria.com
La reacción de miedo exagerada no es adaptativa y llega a plantear un problema serio de bienestar en el animal que la padece. La prevención de la fobia es lo ideal pero, si ya ha aparecido, las terapias curativas y paliativas permiten controlarla.
Camino García-Morato Fernández-Baíllo
Veterinaria, Máster en Etología Clínica por la UAB. Residente ECAWBM.
Departamento de Ciencia Animal y de los Alimentos de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona (Servicio de Etología)
El miedo es una emoción que induce una respuesta de adaptación que permite al animal evitar situaciones y actividades que podrían ser peligrosas [1]. Para que el miedo resulte adaptativo sólo debería aparecer en aquellas circunstancias que realmente amenazan la seguridad del perro.
Sin embargo, también encontramos animales en los que la respuesta de miedo es desproporcionada frente a un estímulo concreto. En este caso estaríamos hablando de fobias [2]. La fobia más frecuente en los perros es, probablemente, la fobia a ruidos intensos, tales como los truenos o los sonidos producidos por la explosión de petardos o similares. Las reacciones de los perros varían en intensidad, desde una ligera intranquilidad a una auténtica reacción de pánico, que incluye conductas de evitación activa, temblores, jadeo, salivación y vocalizaciones intensas [3].
Este problema suele aparecer durante los primeros años de vida y empeora años tras año. Esto es debido a que una de las características de las fobias es que no responden a un proceso de habituación normal. Es decir, aunque el estímulo que desencadena la fobia se presente de forma repetida sin consecuencias negativas para al animal, la respuesta de miedo no sólo no desaparece, sino que incluso puede aumentar [4]. Esta reacción de miedo exagerada no es adaptativa, y llega a plantear un problema serio de bienestar en el animal que la padece [5].

Desarrollo y mantenimiento de la fobia
Es importante conocer los factores que intervienen en el desarrollo y mantenimiento de las fobias a ruidos fuertes con el fin de comprender por qué aparece este problema de comportamiento y cómo se puede prevenir. Los factores que se deben tener en cuenta son los siguientes:
Son procesos incrementales (sensibilización)
La sensibilización consiste en un aumento de la respuesta a un estímulo debido a la presentación repetida de este, es decir, la respuesta del animal es cada vez más intensa [7,8]. Además, en el caso de las fobias a tormentas y petardos, la duración y la intensidad de los estímulos no es constante. Por ejemplo, en el caso de los petardos puede aparecer uno de forma puntual o varios seguidos, puede ocurrir durante un breve periodo -como en las celebraciones por un éxito deportivo- durante todo un día o incluso a lo largo de varios, como en la verbena de San Juan, las Fallas valencianas o las Navidades. Por tanto, el perro no es capaz de predecir la duración ni la intensidad a la que van a llegar los estímulos aversivos cada vez que se presentan. Esta falta de previsibilidad provoca que, aun mostrándose los estímulos fóbicos en su mínima expresión, la respuesta del animal sea desproporcionada porque anticipa la intensidad y duración mayor.
Estímulos compuestos
Cuando diferentes estímulos se presentan siempre juntos, forman una configuración de estímulos [8,9]. En el caso de las tormentas, por ejemplo, el estímulo aversivo sonoro suele ir acompañado de otros eventos, como cambios lumínicos, cambios en la humedad y en la presión atmosférica o la lluvia, entre otros. Muchos animales acaban asociando cualquiera de estos cambios al evento fóbico en su máxima intensidad (“la gran tormenta”), de manera que su respuesta es exagerada en comparación con el estímulo que realmente aparece, por ejemplo, un día lluvioso. Por tanto, la respuesta del animal será desproporcionada incluso en los momentos en los que sólo aparezca uno de los elementos de la configuración de estímulos.

Ineficacia de las respuestas conductuales
Las conductas de evitación por parte del animal buscando un lugar en el que la exposición al estímulo fóbico sea inferior no suelen resolver la situación aversiva [2,3,6]. Los estímulos que inducen miedo llegan al sistema nervioso central a través de los órganos sensoriales [10]. Durante el acontecimiento fóbico, el perro percibe los múltiples estímulos de la configuración estimular a través de los diferentes sentidos (visual, auditivo, olfativo e incluso táctil) de forma continuada. Por tanto, están expuestos permanentemente a la situación atemorizante y esta circunstancia limita las estrategias de afrontamiento del animal.
¿Cómo prevenir la aparición de la fobia?
Debido a las características en el desarrollo de este tipo de fobias, el tratamiento en los perros ya sensibilizados puede ser complicado. Por este motivo conviene enfatizar la importancia de la prevención [11]. Para reducir la probabilidad de que los perros tengan fobia a las tormentas y a los petardos se deberían evitar las experiencias negativas durante los primeros meses de vida del cachorro [12]. Además, conviene anticiparse y comenzar a hacer la habituación del cachorro a todos los elementos que constituyen la configuración de estímulos aversivos, tanto de las tormentas como de los petardos o fuegos artificiales.
Se trata de descomponer el evento aversivo, por ejemplo, la tormenta, en sus componentes y habituar al cachorro a los mismos. Cómo hacerlo:
Habituación al sonido
  • Utilizar un DVD con grabaciones de ruidos de tormenta.
  • Asociar la reproducción de los sonidos, primero a baja intensidad, con actividades agradables para el perro, como el juego o la comida.
  • Progresivamente, siempre que el cachorro no reaccione con intranquilidad o miedo, se irá aumentando el volumen del sonido a lo largo de los días.
Habituación al resto de estímulos asociados a la tormenta
  • Aprovechar los días nublados o de lluvia (sin tormenta) para realizar actividades al aire libre con el cachorro y, de nuevo, introducir elementos que le gusten, como el juego con el propietario o la comida, por ejemplo.
  • Tras sucesivas repeticiones, esos elementos de la configuración de estímulos de la tormenta (luz, humedad, lluvia y presión atmosférica, entre otros) pasarán a ser la señal de las actividades divertidas para el perro.
¿Qué hacer en el caso de perros ya sensibilizados?
Existen dos estrategias frente a un problema de miedo a ruidos fuertes:
Terapias curativas
Su objetivo es erradicar la respuesta de miedo, es decir, que el perro deje de asustarse de los petardos y/o las tormentas. Para conseguirlo se aplican técnicas de desensibilización en las que se utilizan grabaciones de los sonidos aversivos [13]. Debe advertirse al propietario que el proceso puede ser largo y complejo, y no necesariamente satisfactorio.
En general, el éxito de estos programas de habituación es muy variable y depende –entre otros factores- de la fidelidad con que puede recrearse el estímulo que desencadena la fobia. Con frecuencia, los animales no identifican el sonido del DVD como real [2,3,4,13]. Esto puede paliarse utilizando equipos de sonido de alta calidad y situándolos en una ventana, de forma que el ruido llegue del exterior de la casa. En cualquier caso, de todos los elementos de la configuración de estímulos que constituyen la tormenta o los petardos, únicamente podemos intentar controlar el sonoro, y esto limita el éxito de esta estrategia.
Por otro lado, conviene señalar que durante el periodo de duración del protocolo debe evitarse en la medida de lo posible la exposición al estímulo real desencadenante de la fobia; por tanto, se recomienda iniciar este programa en periodos del año en los que no se prevean eventos desagradables para el perro.
Terapias paliativas
Su objetivo no es eliminar el miedo, pero sí controlar su intensidad cuando aparece.
La base del tratamiento es la administración de medicación ansiolítica en el momento, o mejor aún, antes de que aparezca el estímulo que asusta al perro. Las benzodiacepinas resultan útiles en estos casos, ya que, además de presentar propiedades ansiolíticas, tienen efectos amnésicos que en estas situaciones nos pueden interesar [14]. No se aconseja el uso de acepromacina para el tratamiento de fobias a ruidos. Este fármaco dificulta la capacidad motora del animal, pero el perro sigue percibiendo todos los estímulos atemorizantes del ambiente, con lo que puede incluso aumentar la sensibilidad del animal a los ruidos.

Además, conviene llevar a cabo la creación de una zona de cobijo. Como hemos comentado antes, los truenos y los petardos son estímulos que un perro difícilmente puede evitar. Una de las pocas estrategias útiles para el animal es tratar de esconderse, para así reducir la presencia e intensidad de aquello que lo asusta. El propietario debe ayudar todo lo posible a su perro a encontrar un refugio alejado de la fuente del ruido donde pueda sentirse más tranquilo. Si el propietario nota que su perro, en días de tormenta o petardos, va a esconderse, de forma natural, a alguna zona determinada (en la habitación más interior del piso, por ejemplo) puede colocar allí la cama y los juguetes del perro. También puede ayudar cerrar ventanas, bajar las persianas y poner música o encender el televisor para amortiguar el sonido que llega de fuera.

Bibliografía
1. Boissy A 1995 Fear and fearfulness in animals. Quarterly Review of Biology 70(2): 165-191
2. Landsberg G, Hunthausen W, Ackermann L 2003 Fears and phobias. En: Landsberg G, Hunthausen W, Ackermann L (eds) Handbook of behavior problems of the dog and cat pp 227-268. Butterworth-Heinemann Oxford, England
3. Overall KL 2002 Noise phobias in dogs. En: Horwitz D, Mills D, Heath S (eds) BSAVA Manual of Canine and Feline Behavioural Medicine pp 164-172. BSAVA, UK
4. Bowen J, Heath S 2005 Canine fear, anxiety and phobia-related disorders. En: Bowen J, Heath S (eds) Behaviour Problems in Small Animals: Practical Advice for the Veterinary Team 73-95. Elsevier Health Sciences, UK
5. Manteca X 2002. Etología clínica veterinaria del perro y del gato. Multimédica, Barcelona 
6. Sherman BL and Mills DS 2008 Canine Anxieties and Phobias: An Update on Separation Anxiety and Noise Aversions. Veterinary Clinics of North America: Small Animal Practice 38: 1081-1106 
7. Gray JA 1993 La psicología del miedo y del estrés. Editorial Labor, Barcelona
8. Pear JJ 2001 The science of learning. Psychology Press
9. Domjan M 2003 The principles of learning and behaviour. 6th edition. Cengage Learning, Stamford, USA
10. LeDoux J 1996 The Emotional Brain: The Mysterious Underpinnings of Emotional Life. Simon & Schuster, New York
11. Hunthausen W, Seksel K 2006 Medicina preventiva del comportamiento. En: Horwitz D, MiIls D, Heath S, (eds) BSAVA manual de comportamiento en pequeños animales pp 77-95. Ediciones S, España
12. Levine E 2009 Sound sensitivities. En: Horowitz D, Mills D, Heath S (eds) BSAVA Manual of Canine and Feline Behavioural Medicine pp 159-168. BSAVA, UK
13. Walker R, Fisher J, Neville P 1997 The treatment of phobias in the dog. Applied Animal Behaviour Science 52: 275–289
14. Thompson SB 1998 Pharmacologic treatment of phobias. En: Dodman NH, Shuster L (eds) Psychopharmacology of Animal Behavior Disorders pp 141-182. Blackwell Science, Malden, ME



lunes, 15 de julio de 2013

NECROSIS AVASCULAR DE LA CABEZA DEL FÉMUR:
ENFERMEDAD DE LEEG-CALVES-PERTHES


¿Qué es la necrosis avascular de la cabeza del fémur?

    Es una enfermedad en la que existe una falta de irrigación de la cabeza del fémur. Esto conlleva a la necrosis de esta zona, produciendo inflamación, dolor, cojera.

¿A qué animales afecta?

    Principalmente a perros jóvenes (entre 4 y 12 meses de edad) y de raza toy o pequeña (caniches, pinscher, etc.) No hay diferencias en cuanto al sexo, afectando por igual a machos y hembras.

¿Cuál es la causa de esta enfermedad?

    No se sabe con exactitud. Se cree que hay un componente genético (hereditario) o que pueda ser como consecuencia de un traumatismo (fracturas, luxación de cadera…)

¿Cómo puedo reconocer esta enfermedad?


    Los síntomas típicos son cojera del miembro posterior, atrofia de los músculos del muslo y dolor a la manipulación. La mayoría de las veces es unilateral pero aproximadamente en el 15% de los casos están afectadas ambas extremidades posteriores.

¿Cómo se diagnostica?

    Mediante un examen traumatológico y una radiografía de cadera que realizará tu veterinario. En la radiografía podremos ver cambios compatibles con esta enfermedad como son:

-Cambios en la densidad normal del fémur, en la zona de la cabeza y el cuello
-Cabeza femoral deformada y aplanada
-Enfermedad articular degenerativa (en casos más crónicos)

¿Existe tratamiento para esta patología?

    Si, existe tratamiento. La solución a este problema es quirúrgica. Consiste en una cirugía en la que se realiza la exéresis de la cabeza femoral de la extremidad afectada. Una vez retirada la cabeza del fémur se formará una pseudoarticulación que permitirá a nuestro animal caminar y correr de manera normal en pocas semanas. El pronóstico tras la cirugía es bueno.

¿Se puede prevenir?

    Puesto que se desconoce la causa con exactitud hemos de evitar aquellos factores que sabemos que pueden influir, pero no existe un método preventivo único y eficaz. Se recomienda evitar la cría con animales que hayan padecido esta patología.