domingo, 30 de mayo de 2010

Golpe de calor



Golpe de calor: el enemigo de nuestras mascotas en verano.

Definición:

El golpe de calor es el nombre común de la hipertermia. Aparece cuando, por exceso de calor, la temperatura corporal sube de manera muy brusca, tanto que el organismo no es capaz de regularla. Cuando la subida del calor corporal supera un determinado límite hay riesgo de daños en los órganos internos y mal funcionamiento de los procesos fisiológicos.

Es un trastorno grave que se presenta cuando un animal no alcanza a disipar más calor del que genera o absorbe y generalmente ocurre por estar expuesto a una fuente de calor.

Sus efectos pueden ser temporales o irreversibles, pudiendo provocar la muerte del animal por fallo generalizado.

Nuestros animales de compañía son mucho más sensibles al calor que los humanos de tal manera que un día caluroso puede ser muy peligroso para ellos,si la exposición al calor pasa de lo razonable.

El ejemplo más frecuente es el de los animales que permanecen dentro de un coche o atados al sol en pleno verano.

Causas y factores de riesgo:

Entorno:

• Altas temperaturas en el exterior.
• Temperatura moderada en el exterior después de varios días de calor sofocante.
• Humedad ambiental alta, que dificulta la propia eliminación de vapor de agua del animal.
• Espació reducido y/o mal ventilado: coche, habitación, patio pequeño, balcón, trasportín, tiendas de campaña, bodega de un barco…
• Agua: poca cantidad, no fresca o no renovada a menudo.
• Carencia de sombra o sombra muy reducida.
• Suelos de cemento.

Animal:

• Muy jóvenes o muy viejos.
• Animales que padecen alguna enfermedad: insuficiencia cardíaca, insuficiencia respiratoria.
• Predisposición por la raza: Perros braquicéfalos  (perros con nariz muy chata, como Shi tzu, Bulldog, Boxer, Pug, Pequinés…) o los gatos persas tienen más dificultades respiratorias y más problemas para regular su temperatura.
• Los perros de capa negra son más propensos porque absorben más el calor que los perros claros.
• Animales obesos, que retienen más calor, ya que la piel tiene más poder aislante.
• Digestión: no dar de comer durante el día, sino al atardecer.
• Ejercicio absolutamente prohibido en horas de más calor.
• Animal nervioso. Estrés.


Cuando la temperatura corporal se eleva demasiado se inactivan proteínas y se destruyen células. Todo esto provoca daños en todos los órganos del cuerpo sobre todo corazón,  hígado, riñones y puede concluir con un edema cerebral.
A nivel de la sangre se rompen muchos glóbulos rojos y se dificulta la coagulación, lo que provoca hemorragias.

Un golpe de calor es una emergencia extrema, de modo que debe llevar al perro a su veterinario lo antes posible.

El veterinario podrá aplicar suero intravenoso y medicación para contrarrestar el shock e iniciar un tratamiento de sostén para evitar posibles complicaciones.

Síntomas:

• Aparecen cuando la temperatura interna supera los 41º C
• Jadeo excesivo.
• Fata de fuerzas y negativa a moverse.
• Temblores musculares y tambaleo.
• Respiración muy rápida y costosa.
• Aumento del ritmo cardiaco.
• Alteración en la salivación.
• Sangrado, vómitos y diarreas.
• Alteración del color de las mucosas. Pudiendo llegar a ser azuladas.

Si el perro no es tratado rápidamente en este estado pronto morirá.

Consecuencias:

• Pérdida corporal de azúcar y sales.
• Problemas de coagulación: pequeñas manchas de sangre en la piel.
• Hemorragia gastrointestinal.
• Fallo hepático y renal.
• Edema cerebral.
• Arritmias cardíacas.
• Fallo multiorgánico.
• La muerte de los pacientes ingresados en estado grave puede sobrevenir en 24h por depresión y parada respiratoria.

Primeros auxilios:

En el desgraciado caso de que nuestra mascota sufra estos síntomas de golpe de calor, siempre podemos aplicar unos primeros auxilios, pero siempre deberemos llevar a nuestro perro o gato al veterinario porque PRECISA DE ATENCIÓN VETERINARIA URGENTE.

La temperatura no se puede bajar de forma brusca, sino que debe bajar de forma paulatina y el animal debe rehidratarse y recuperar el azúcar y las sales que ha perdido. El veterinario lo hará mediante la aplicación de fluidoterapia y medicación. Una bajada demasiado rápida de temperatura también puede causar daños graves.

Si se puede, debe trasladarse de inmediato a una clínica veterinaria. Si el trayecto es en coche humedecer prioritariamente el cuello y la cabeza mediante paños mojados en agua no muy fría o un pulverizador de agua; nunca cubrirlo con toallas húmedas. Poner un cubito de hielo sobre el puente de la nariz, las ingles y las axilas.
Humedecerle la boca, sin forzarlo a beber y sin dejar que beba en exceso.

Si no puede trasladarse de inmediato a una clínica veterinaria, hay que llamar al veterinario de urgencia, quien nos dará las pautas que debemos seguir.

Es  IMPRESCINDIBLE que un veterinario lo tenga medicado bajo control y observación para ver como evoluciona. La respiración normal no elimina daños cerebrales y otras secuelas de este fuerte shock. Por lo que insistimos en que debes llevarlo al veterinario lo antes posible. Él corregirá la temperatura, tratará al animal y vigilará su evolución para evitar secuelas. Algunas de las complicaciones mencionadas pueden aparecer de forma tardía y cuanto antes sean descubiertas y tratada mejores posibilidades habrá que el perro no sufra consecuencias graves.

Prevención:

• Tener siempre disponible agua limpia y fresca.
• Estar en un espacio amplio y bien ventilado.
• Contar con una zona de sombra amplia.
• Darle de comer a primera o última hora del día.
• Sacarlo a pasear a primera y última hora del día y a mediodía lo mínimo para que hagan sus necesidades.
• Evitar que haga ejercicio y no perderlo de vista en días calurosos. En estos casos el golpe de calor no se produce sólo por el calor externo: también aparece por el calor interno que se genera al hacer ejercicio y que el animal elimina mal en los días de altas temperaturas.
• Nunca debemos dejar un perro dentro de un coche, aunque pensemos que vamos a tardar sólo unos minutos. Ese tiempo puede ser suficiente para que se produzca un golpe de calor.
• Si vas de viaje con él y el coche no tiene aire acondicionado llévate hielo, un par de toallas y agua. Y evita viajar en las máximas horas de sol. Mejor viajar a primera o última hora del día o preferiblemente de noche.
• Cuando hagamos un viaje debemos detenernos cada cierto tiempo. Hay que descansar en un sitio que tenga sombra, sacar al perro a pasear un rato y darle de beber.
• En las paradas, si ves que está acalorado, moja bien la tolla y deja que se tumbe encima o que al menos ponga las patas. Puedes también de vez en cuando frotarle las almohadillas y el puente de la nariz con un cubito de hielo.

• Para cachorros o ancianos que estén en el interior en días de calor sofocante, ve reponiendo toallas húmedas en las que puedan tumbarse, un recipiente con agua fresca y mantén las persianas bajadas en el caso de radiación solar directa y deja las ventanas abiertas para que exista una buena ventilación.

Parvovirosis canina


GASTROENTERITIS HEMORRAGICA VIRICA POR PARVOVIRUS
La parvovirosis es una enfermedad que afecta más frecuentemente a los cachorros, causada por un virus y afectando únicamente a los perros, no existiendo riesgo para las personas y/o otras especies animales.
Es una enfermedad que puede llevar a la muerte del cachorro si no es tratado de manera adecuada. En ocasiones incluso aún siendo tratado de manera adecuada, esta enfermedad puede llegar a ser mortal. Por suerte, esta enfermedad se puede prevenir mediante vacunación y siguiendo las recomendaciones veterinarias hasta que el cachorro ha completado su programa de vacunaciones.
El inicio de esta enfermedad es común a todas las enfermedades de cachorros y consiste en decaimiento y falta de apetito. A esta etapa se llama prodrómo, y durante esta etapa es muy difícil el diagnóstico. Esta etapa suele durar entre 12-24 horas, para posteriormente aparecer los síntomas específicos de la enfermedad, que en el caso de las gastroenteritis hemorrágicas son fiebre, vómitos, diarreas con hilos de sangre, o francamente hemorrágicas o hemorrágicas con “aspecto achocolatado” y un olor característico.
El diagnóstico de esta enfermedad se realiza por pruebas de laboratorio en heces que detectan antígeno vírico.
Por otro lado, normalmente el veterinario sabrá cotejar los resultados de los test víricos con los exámenes de sangre, la sintomatología que presenta el cachorro y el tiempo transcurrido desde la vacunación para así poder determinar si nuestro cachorro presenta o no la enfermedad.
Esta enfermedad está caracterizada por desarrollar una gastroenteritis hemorrágica: diarreas con sangre y vómitos. Este virus atacará las células de la mucosa intestinal produciendo hemorragias en todo el tracto digestivo, permitiendo la pérdida de sangre y proteínas, y a su vez facilitando la infección de bacterias oportunistas presentes en el tracto digestivo. Uno de los grandes problemas es la deshidratación severa que produce la enfermedad, la cual no puede ser compensada por vía oral (debido a los vómitos), con lo que se requiere la hospitalización y la instauración de fluidoterapia agresiva. Mientras nuestro cachorro tenga vómitos no se puede empezar con dieta oral. Esto lleva a que rápidamente desciendan los niveles proteicos en sangre, los cuales a su vez son necesarios para fabricar las defensas (anticuerpos) que el organismo necesita para controlar la enfermedad. Esto hace que en muchas ocasiones sea necesaria la alimentación parcial enteral, es decir alimentación por vía endovenosa (a través del suero). Si nos fijamos el tratamiento consiste en sustituir todo lo que nuestro cachorro va perdiendo (por medio de las diarreas y vómitos) y prevenir infecciones bacterianas oportunistas (antibióticos), pero no tratamos directamente al virus, ya que no existe ningún tratamiento que sea capaz de eliminar el virus, de tal forma que deberá ser el propio organismo del animal que el empiece a fabricar anticuerpos que controlen la viremia y que sea este mismo el que poco a poco vaya reparando los daños celulares que causó el virus.
Normalmente con un tratamiento adecuado (hospitalización, fluidoterapia, ..) y monitorización adecuada, normalmente nuestra mascota empezará a recuperarse en el plazo de 1 semana más o menos. Vale decir que una vez recuperado de la enfermedad nunca más volverá a padecerla ya que se adquiere una inmunidad permanente.
La forma de contagio es feco-oral mediante la ingestión de alimentos o bebidas contaminadas por el virus. Animales enfermos o en vías de recuperación excretan en sus deposiciones un elevado número de partículas víricas que pueden contaminar alimentos o contaminar objetos como ropas, zapatos, … que al entrar en contacto con el cachorro pueden determinar su contagio.
Si bien es una enfermedad altamente contagiosa debemos recordar que este virus es fácilmente eliminado por la lejía, siendo éste el antiséptico de elección para la eliminación de partículas víricas.
Si bien esta enfermedad puede curarse con el tratamiento adecuado, también debemos ser conscientes que en algunas oportunidades, pese al tratamiento de soporte que recibe nuestro cachorro enfermo, puede llegar a morir. La mortalidad de esta enfermedad con tratamiento varía entorno al  40 % de los casos, por lo que es fundamental la prevención mediante una adecuada pauta de vacunación.